viernes, 23 de noviembre de 2012


Por la historia, en la historia, para la historia: museos y contextualización.


Debe resaltarse, por más
que parezca evidente, que el
 museo no siempre ha estado
ahí, ni seguramente estará ahí eternamente.
Como cualquier otra institución
humana debe situarse social,
histórica y epistémicamente, ya que
pertenece a un determinado proyecto
cultural, civilizatorio cabría decir,
y cobra sentido como parte de un
conjunto de prácticas de representación
y asentamiento de la verdad específicas
de una época. El museo,como institución epocal, no puede por tanto ser ajeno a las transformaciones tecnológico-comunicativas, ni
a los modos de producción artística
y cultural derivados de dichas transformaciones,
al modificarse las formas
de representar simbólicamente,
de construir la verdad y la memoria,
notas identitarias que le permiten al
ser humano su autocomprensión y
–con ello– su sentido de pertenencia
e inclusión en las comunidades con
las que se identifica y en las que se
reconoce (Marchán, 2006).



Lo que deseamos plantear es que el
museo, como cualquier otra institución
que es producto de la acción humana,
se mueve en un espacio que ha de condicionar
y determinar su desarrollo así
como su perfil institucional. Este espacio
está marcado por coordenadas que de-
limitan, en varios niveles de su acción,
la gestión y operación del mismo. Las coordenadas o factores que señalan los
grados de libertad y acción del museo son los factores históricos, estructurales, profesionales y sociales. 

El factor histórico se refire a las condiciones de
origen y el devenir que el museo ha experimentado
durante su existencia; el
factor estructural tiene que ver con la dependencia administrativa que presenta
el museo, es decir, a qué institución
o sector se encuentra adscrito administrativamente
y debe responder en términos
de cumplir con la misión y visión de largo plazo de dicho ente, así como con sus normas y procedimientos. El factor profesional se vincula con la mano de obra profesional con la que cuenta el museo dentro de su personal, y la oferta de la misma, que se encuentra en el medio laboral donde el museo ejerce sus funciones. Finalmente está el factor social que es la determinación del contexto humano donde el museo decide insertarse o al sector de la sociedad al que decide servir, lo haya manifestado explícita o implícitamente. (Navarro y Tsagaraki, 2007).



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