Disparadores
Por Grego
Un disparo acertado provoca una herida.
Usemos nuestros disparadores,
(palabras-acciones-gatillo) para impactar.
¿Porqué?
Porque (como a través de la literatura o la música) necesitamos decir algo
que no se puede decir de otra manera. Lo que se impactan son cuerpos; la
conformidad, el acuerdo total, la estabilidad, no duelen. Pero hay cosas que tienen
que dolernos, porque nos pegan en el cuerpo y nos obligan a movernos para
un lado o para el otro.
La modernidad nos recomienda sentirnos bien, nos recomienda
rechazar lo bajoneánte de un poeta herido, de un cantante sombrío, de un
rebelde solitario.
Por eso
repito: hay cosas que tienen que dolernos. Lo peligroso es que no lo hagan.
Necesitamos
disparos, necesitamos de los impactos, necesitamos ser capaces de darnos cuenta
de que hay vacíos tan grandes y tan profundos (que sin darnos cuenta nos
acostumbramos a rodear), que tienen que
ser atravesados por más que duelan.
Y sí. Los
aventureros que puedan llegar a saltar y presten su cuerpo al dolor que implica
llenar esos vacíos van a sentirse raros.
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