Esto no es un museo
Por María Eugenia Martins
UN MUSEO NO ES ABURRIMIENTO
UN MUSEO NO ES LA CUSPIDE DEL CONOCIMIENTO DE LA HUMANIDAD
UN MUSEO NO ES NEUTRALIDAD
UN MUSEO NO ES VERDAD INDISCUTIBLE
UN MUSEO NO ES UNA SUMA DE OBJETOS
UN MUSEO NO ES SILENCIO Y QUIETUD
UN MUSEO NO ES UN LUGAR "APOLITICO"
A pesar de trabajar en uno de ellos desde hace tiempo, cuando pienso en la palabra "museo" una serie de imágenes y conceptos se entrelazan antes de que pueda ordenar lo que pienso. Verdad, columnas,aburrimiento, vitrinas, objetos, ciencia, historia, solemnidad, dinosaurios y momias* bailan desordenados pintando una acuarela que desdibujo cuando evoco mi experiencia en el museo.
Cada palabra que, estereotipada, me sobrevuela encuentra su contradicción en mi práctica:
Un museo no es un lugar aburrido. Esta afirmación es central, porque va más allá de lo aparente. La imagen que de los museos se erige se basa en la invisibilzación de las personas que lo construyen y de las relaciones que existen entre ellas: poder, cooperación, competencia, intereses encontrados, altruismo, exclusión, intentos de inclusión, hegemonía. Cada cosa que vemos en un museo es producto de una decisión humana enmarcada en un proyecto mayor, que en última instancia siempre se yergue sobre el modelo de sociedad con el que acordamos, consciente o inconscientemente. Lo que rara vez se ve plasmado en las salas es el proceso de la disputa, porque lo que se exhibe suele ser su resultado.
Un museo no es un lugar de verdad absoluta, como ningún lugar lo es,eso lo sabemos todxs. Como otros, es un espacio donde verdades relativas construyen y son construidas en discursos y prácticas. Y aunque esto es evidente, cuando recorremos las salas este carácter de obvio se desvanece Sea en las palabras de lxs guías o desde la presentación de las vitrinas, de los objetos y sus carteles parece emanar una verdad per sé dada por el contexto de museo y su ligazón con el campo de lo erudito. Vaya marca de clase.
Un museo no es la representación de la cúspide del conocimiento del conjunto de la humanidad, y esta afirmación no le quita ningún mérito ni importancia a las instituciones museísticas. Es más bien la representación, entre tantas otras, de la tensión entre los saberes eruditos y los saberes sujetos (parafraseando a Foucault), aquellos que por acción u omisión se intentan dejar fuera de las vitrinas, pero reaparecen en miles de situaciones cotidianas. Lo que se exhibe en los museos representa lo que para una cierta porcion de la humanidad (dependiendo del lugar y de la época) cumple con los requisitos de lo museable, de lo que podemos considerar valioso o representativo de algo, características relativas y arbitrarias si las hay. No confundir con un sin sentido, siempre tienen su razón de ser.
Por eso mismo, un museo nunca es neutral y siempre es político, por que responde a un modelo, a un proyecto y a intereses sociales en disputa que se encarnan en personas concretas. Las exhibiciones son retratos de relaciones de fuerzas en un determinado momento y lugar. Los museos construyen, reavivan, reactualizan, discuten y disputan identidades y ciudadanías.
Los museos no son lugares de silencio y quietud.
* Las discusiones actuales sobre la exhibición de restos humanos son quizás las más representativas del carácter político de los museos. Para conocer más sobre esta temática en Argentina, visita: http://grupoguias.blogspot.com.ar/
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